Scott Gundersen: retratos de corcho

Han pasado ya unos meses desde que el Ministro Cañete proclamara a los cuatro vientos aquello de que los yogures ya no tenían caducidad y de que lo mejor eran las duchas frías, convertido, por unas horas, en superhéroe de la sostenibilidad. Yo me pregunto qué pensaría el Ministro si llegase a conocer la obra de Scott Gundersen. Este diseñador gráfico y profesor estadounidense es el autor de una serie de retratos creados a partir de corchos de botellas de vino. Con su obra, trata de llamar la atención sobre los mismos valores que nuestro Ministro, reciclaje y sostenibilidad, de una forma más inspiradora.

 

A partir de fotografías, que traslada posteriormente a grandes dibujos, Scott Gundersen comienza la colocación de los entre 5.000 y 10.000 tapones que necesita para cada obra, tapones que él mismo acumula en su estudio. Las diferentes tonalidades de vinos tintos y rosados que los impregnan, le permiten conseguir la profundidad de luces y sombras necesaria para alcanzar un realismo en el rostro propio de los grandes del puntillismo. De esta forma, el espectador queda prendado por una mirada helada, por su estado estático, pero llena de vida, por lo natural del material utilizado. Atendiendo al título que Scott Gundersen da a la serie, "Drink wine, make art”,  los retratos podrían retrotraer a todas las vivencias que encierran cada uno de los corchos, experiencias que parecen salir de la penetrante mirada de cada uno de los retratos.

 

Con esta serie, Scott Gundersen nos habla de la conjugación de arte y vino, de reciclaje y sostenibilidad pero, sobre todo, de que la vida del vino no acaba cuando se vacía la botella, renaciendo a través de obras tan impresionantes como las de Gundersen.